Día 7. Silencio.

De entre tantos conceptos que utilizamos, el del silencio es uno realmente significativo. De vital importancia para un sinnúmero de actividades son tanto el silencio, como
los silencios.

En la música, por ejemplo, los silencios entre notas marcan el ritmo, el tiempo y son fundamentales para cualquier composición. Al resolver problemas puede ayudar el hacerlo en silencio, para mantener la concentración. En la naturaleza también observamos su utilidad, cuando algún depredador se aproxima a la presa, cuidando de no hacer ningún ruido que la espante.

Aunque entre el ajetreo y barullo de la vida moderna en las ciudades es fácil olvidarse o ignorar las virtudes y beneficios que unos buenos momentos de silencio a lo largo del día pueden proporcionarnos, vale la pena detenerse de vez en cuando y refugiarse en el silencio. 

No es que sea malo escuchar música, radio o podcast en la calle y en o iris lugares; aunque sí puede llegar a ser molesto para otros en ciertas situaciones como reuniones o comidas. Cada vez hay más gente que ya no es capaz de disfrutar y aprovechar los pequeños momentos de silencio para reflexionar, organizar nuestras ideas o hasta para planear para el futuro (para esto también va de la mano la imaginación, de la que espero hablar pronto en otra ocasión).

Tomando esto en cuenta, ¿por qué no buscar aunque sea sólo un poco de silencio de vez en cuando? podría ayudarnos a recuperar o desarrollar mejor algunos valiosos talentos que hemos olvidado o descuidado; desde el pensamiento crítico o la lectura, hasta la imaginación y creatividad, o incluso el talento musical.

¿Para qué piensas usar tú tus momentos silenciosos? ¿También consideras importante reconocer esos instantes y sacarles provecho? Espero que lo que escribí hoy sirva para motivar la reflexión sobre este tema.